Por Roy Daza
Hay documentos que lo dicen todo en pocas palabras, que atrapan sentimientos colectivos en párrafos sencillos y sublimes, esa es la naturaleza del Manifiesto al Pueblo Gran Colombiano, suscrito por Diosdado Cabello Rondón, que no dudo en calificar de histórico.
En su condición de Primer Vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello sintetiza los factores que integran la realidad actual, y traza una línea estratégica, cuando convoca a la unidad de los pueblos de Colombia y Venezuela.
Y nos alerta a todos: ¡la paz está en peligro!
Esas líneas expresan una firme convicción: los bolivarianos jamás aceptaremos que el imperialismo norteamericano nos arrebate nuestra independencia, nos imponga un gobierno, y destruya la República Bolivariana de Venezuela.
Cuando en el Manifiesto se hace mención a la Campaña Admirable, a las batallas de Pantano de Vargas, de Boyacá, de Bomboná, de Pichincha, de Junín, y de Ayacucho, se va a las vetas más hondas de nuestra historia común, esa que forjaron nuestros pueblos en la guerra patria de la independencia, cuando el Ejército Libertador –que era uno solo— conquistó la libertad para todo un continente, y expulsó de estas tierras al más poderoso imperio de entonces.
Y hace un llamado directo al pueblo colombiano: “rechacen la presencia militar de los Estados Unidos en su territorio”, porque está claro que una guerra de agresión contra Venezuela afectaría a América Latina y el Caribe, y en un momento en el que vivimos la tragedia de la pandemia, del Coronavirus, resulta insólito que en lugar de la cooperación y la solidaridad, sean las voces de la guerra las que se escuchen en los predios de las élites oligárquicas de siempre.
“Especialmente –enfatiza Diosdado Cabello- le hacemos un llamado a la Colombia profunda, a la del líder comunero José Antonio Galán, a la que es genuina heredera del patriota Antonio Nariño, a quienes creen con Gabriel García Márquez en un mañana distinto, a no permitir una guerra fratricida así como a rechazar que se utilicen nuestros sagrados territorios como puestos de avanzada de ejércitos de ocupación. No se puede aceptar el papel de Caín en nuestra América”.
Hoy repetimos con Simón Bolívar: “Para nosotros la Patria es América”.
