Veredas por entre Dialéctica de la Dependenciade Ruy Mauro Marini. Parte I: El subdesarrollo.

Dario Di Zacomo (Buenos Aires, Argentina)

En la primera mitad de la década de los setenta vio la luz “Dialéctica de la dependencia” obra de Ruy Mauro Marini, en ella se busca dilucidar las características del capitalismo periférico dependiente de las sociedades latinoamericanas. El recorrido analítico de la obra describe el método de análisis marxista, tendiente a provenir de un alto nivel de abstracción hacia la realidad específica y concreta, para aproximarse a formulaciones que refieren a la cuestión nacional sobre el terreno de la lucha de clases. El texto referido de Marini escudriña en las particularidades del capitalismo periférico imperante en los países latinoamericanos, los cuales están marcados por la incorporación tardía de sus burguesías al mercado mundial, en condiciones mayoritariamente desfavorables e inferiores que la de los países centrales en lo referido a la productividad y al desarrollo tecnológico.

Para Marini este acontecimiento es estructural por cuanto determina la forma de acumulación de capital presente en los países de la región, donde las burguesías periféricas basan sus ventajas comparativas en la superexplotación del trabajo, dado que por medio de ello logran ganancias superiores, al tiempo que consiguen mostrar niveles de competitividad en el mercado internacional. La mano de obra barata es la clave tanto para las burguesías naciones de los países latinoamericanos como para las corporaciones multinacionales que buscan condiciones favorables en los países periféricos. En este sentido  Dialéctica de la dependencia, contribuye al develamiento, desde una mirada histórica de ciclo largo, del modo por el cual se genera una inserción subordinada al mercado internacional de las formaciones sociales latinoamericanas, relegadas a cumplir posiciones de periferia, condición fundamental para el funcionamiento del modelo de desarrollo capitalista; en otras palabras, busca dar cuenta de las características estructurales del subdesarrollo en tanto componente necesario para el fortalecimiento de las economías centrales hegemónicas.

Ruy Mauro Marini forma parte del grupo de autores que da cuerpo desde la vertiente marxista a la Teoría de la Dependencia. Sus aportes van dirigidos a esclarecer la situación de dependencia económica, social y política que soportan los países latinoamericanos, no solamente desde el conjunto de relaciones asimétricas presentes en el mercado internacional, sino desde el condicionamiento impuesto por los países capitalistas centrales a las economías dependientes.

En términos generales la Teoría de la Dependencia refiere a los siguientes aspectos: el subdesarrollo de la mayoría de los países no puede ser considerado por fuera de la expansión y crecimiento de los países industrializados; las condiciones de desarrollo y subdesarrollo son partes disimiles pero propias de un mismo proceso universal que es el capitalismo; por tal motivo el subdesarrollo no puede ser entendido como un primer eslabón para el desarrollo, ya que esté no es un proceso evolutivo; y por último, la dependencia es un proceso complejo que no se circunscribe estrictamente a tensiones y dinámicas externas a los países, sino que también se expresa en las estructuras nacionales, generando determinaciones políticas, sociales y económicas.  

Como decíamos, Marini desdobla un análisis que toma la incorporación tardía de las burguesías periféricas al mercado mundial, causado por dinámicas históricas propias de la colonialidad y del desarrollo capitalista industrial, donde las periferias cumplen un papel necesario para el crecimiento de las economías centrales. Desde este lugar el autor trata de establecer diversas problemáticas surgidas de la relación desigual, visualizar las dificultades que rondan el desarrollo latinoamericano y sus características propias; pues quiere dar con los dispositivos económicos que soportan la subordinación y fortalecen mecanismos de dominación más allá de lo meramente económico, haciendo causa en la idea que la dependencia no es superable en los márgenes del capitalismo, por el contrario el desarrollo del sistema capitalista conduce a una profundización mayor de la dependencia.

El subdesarrollo es una expresión de carácter histórica que está vinculada con el desarrollo del sistema capitalista a nivel internacional, las dinámicas de las relaciones entre diferentes estructuras económico-sociales se dan de manera asimétrica sobre un proceso que alimenta el crecimiento de los países centrales y condiciona el estancamiento de las economías periféricas en lo atinente a la producción de bienes manufacturados, bienes de capital y al aumento de la capacidad productiva del trabajo.

La expansión del capitalismo a nivel internacional (a partir de la primera revolución industrial) conlleva, nos dice Marini, a la profundización de la dependencia y dominación de los países periféricos; por lo cual se hace necesario la ruptura de esta relación con un cambio de sistema político que logre superar las condiciones establecidas por los países industrializados para con los periféricos; pues son las estructuras políticas de los países periféricos las que permiten el sostenimiento, legitimación y permanencia del conjunto de relaciones de intercambio desigual.   La alternativa entonces, para Ruy Mauro, con condiciones de posibilidad de superar la dependencia es transformar las estructuras políticas existentes, es una respuesta de tipo político para un problema que se genera en las relaciones impuestas por la estructura económica internacional.

Ante el subdesarrollo, como una posición por la cual el intercambio de mercancías y materias primas es relacionalmente desfavorable para los países que se encuentran en esa condición, Marini expresa lo siguiente: Teóricamente, el intercambio de mercancías expresa el cambio de equivalentes, cuyo valor se determina por la cantidad de trabajo socialmente necesario que incorporan las mercancías. En la práctica, se observan diferentes mecanismos que permiten realizar transferencias de valor, pasando por encima de las leyes del intercambio, y que se expresan en la manera como se fijan los precios de mercado y los precios de producción de las mercancías. Conviene distinguir los mecanismos que operan en el interior de la misma esfera de producción (ya se trate de productos manufacturados o de materias primas) y los que actúan en el marco de distintas esferas que se interrelacionan. En el primer caso, las transferencias corresponden a aplicaciones específicas de las leyes del intercambio, en el segundo adoptan más abiertamente el carácter de transgresión de ellas.(Marini, 1991:19). Entonces, las materias primas producidas en nuestros países al ingresar al mercado mundial no produjeron un aumento de su precio, sino por el contrario propiciaron su disminución, mientras el valor de los productos manufacturados producidos por los países industrializados si se elevaba; como consecuencia los sectores dominantes que poseían el control de la producción de materias primas para equilibrar sus ganancias cedieron parte del valor de esas materias primas e interiorizaron la estrategia de aumentar la producción por medio de una mayor explotación de los trabajadores, a lo que Marini llamó superesplotación del trabajo.

Esta característica que Marini otorga a las economías periféricas dependientes de Latinoamérica describe la presencia de una forma de acumulación de capital que es marcadamente diferente a la que se describe para los países industrializados; es decir, en nuestros países el factor fundamental para la acumulación de capital por parte de las burguesías está ubicado en una creciente explotación del trabajo, mientras que en los países centrales industrializados el proceso va más orientado al aumento de la capacidad productiva del trabajo.

Como decíamos en el párrafo anterior, este dispositivo de acumulación de capital es denominado por Marini como superesplotación del trabajo y describe básicamente una serie de mecanismos por el cual el trabajo es remunerado por debajo de su valor, por tal razón el pase de la plusvalía absoluta a la relativa como proceso propio de la acumulación de capital no es verificable en los países periféricos igual que en los países centrales. En definitiva la relación evolucionista de subdesarrollo y desarrollo (o más aún de “países en vías de desarrollo”) no existe y la condición de dependencia se mantiene como parte del proceso de acumulación de los países centrales.

Pues bien, américa latina incorporada al mercado mundial por medio de la oferta de productos alimenticios, pronto va a favorecer las dinámicas exigidas por los países centrales en torno a la formación de un mercado de materias primas, de esta forma las economías periféricas van contribuyendo al proceso de acumulación de los países industrializados al propiciar un cambio de eje o desplazamiento de la plusvalía absoluta a la plusvalía relativa por medio del aumento de la capacidad productiva del trabajo más que del agudizamiento de la explotación de sus trabajadores, por su parte, como decíamos antes, en la periferia las burguesías incrementan sus ganancias por medio de la superesplotación del trabajo.   

Finalmente, es interesante pensar que la imposición del capitalismo financiero (neoliberalismo) como tendencia ortodoxa y hegemónica del sistema mundial muestra aun con más claramente esta idea trabajada por Marini, al pretender hacer depender el desarrollo de los países no industrializados a la flexibilización de condiciones para la movilidad de los capitales y  del trabajo.

Texto consultado:

MARINI, Ruy Mauro (1991). Dialéctica de la dependencia. Ediciones Era, México.

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