EL JOVEN ALÍ. PARTE I.

Por Jesús Mujica Rojas. Ceramonauta.

En la población andina de Ejido, estado Mérida, durante el año de 1937, vio la luz el niño Alí Rodríguez Araque, en el seno de una familia humilde apegada a las labores del campo que basaban su economía en torno a la siembra de la caña de azúcar en las riberas del río Chama, asiento de los trapiches para elaborar las panelas, que luego de la zafra impregnaban los cielos con el aroma dulce del papelón. La otra actividad giraba alrededor del beneficio de las haciendas de café ubicadas en las colinas que rodean «el cañón del Chama». Ejido fue pueblo de ruta hacia el Virreinato de la Nueva Granada, por allí llegaron los Comuneros del Socorro en 1781, hacia Mérida, movimiento que se convirtió en la primera insurrección social de carácter colectivo en la región andina de la entonces Capitanía General de Venezuela. Igualmente, a la vera del camino el pueblo recibió a Bolívar y las tropas republicanas en la rauda y triunfal Campaña Admirable en mayo de 1913, y lo proclamó Libertador en la ciudad de Mérida.

Alí, a fuerza de los sacrificios de su familia y los propios logró estudiar la primaria en su pueblo natal, ya de joven se trasladó a la ciudad de Barquisimeto, estado Lara, para vivir arrimado con unos familiares, logra inscribirse en el liceo «Lisandro Alvarado», allí se relaciona con los jóvenes que que resisten y protestan  contra la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, entre ellos los que luego serán prestigiosos escritores: Salvador Garmendia y Ramón Querales, sus grandes amigos. Luego ingresa a la Universidad de los Andes, en Mérida, donde se liga y luego milita en la Juventud Comunista que hace vida clandestina, participa activamente en las tareas de formación, organización y movilización que el movimiento estudiantil realiza contra el gobierno de facto.

La dictadura militar del general Pérez Jiménez duró una década contando con el apoyo del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica. El dictador implementó el «Plan del Nuevo Ideal Nacional», él cual consistía en la construcción de grandes infraestructuras habitacionales, autopistas y la Carretera Panamericana, instalaciones educativas, hospitales y el desarrollo de las industrias básicas en la región de Guayana y la Petroquímica de El Tablazo, entre otras. Este plan desarrollista implicó la entrega de la soberanía y las riquezas de los hidrocarburos y el hierro, por un lado, y por otro sumió al país en la más férrea represión  hacia el movimiento sindical, estudiantil, campesino y el pueblo en general… solo el Partido Comunista de Venezuela (PCV) pudo preservar y conservar sus fuerzas organizadas, con mística y en movilización; los comunistas desarrollaron una política de unidad en las diferencias, lo que propició la articulación con sectores nacionalistas de la Fuerza Armada, algunos curas de la iglesia católica, así como los dirigentes y militantes de los partidos políticos Acción Democrática, COPEI y Unión Republicana Democrática.

En el año 1957, el PCV planteó la necesidad de la creación de la Junta Patriótica, que luego se constituyó en la clandestinidad el 14 de junio de ese año, la cual fue presidida por el periodista Fabricio Ojeda. La Junta trazó una táctica para el derrocamiento de la dictadura conocida como el «Bloque Único» contra la dictadura. Al respecto Alí Rodrígez, en entrevista concedida a la periodista cubana Rosa Mirian Elizalde, da su testimonio recogido en el libro «Antes de que se me olvide»:

«La Junta Patriótica logró colocar al margen de las grandes diferencias ideológicas y políticas existentes entre los distintos partidos para unificar a todas las fuerzas en torno al objetivo común de derrocar la dictadura. El periódico del Partido Comunista, Tribuna Popular, fue un valioso órgano que se mantuvo a lo largo de los diez años de la dictadura (…) Hay que agregar a todo esto un factor que pocas veces es registrado en la historia de esa época, Pérez Jiménez, muy presionado por acuciantes necesidades financieras, había otorgado varias concesiones petroleras a compañías extranjeras. Sin embargo, en lugar de privilegiar a las grandes empresas que habían mantenido hasta entonces el control de la industria, es decir, la americana Creole Petroleum Corporation y la Shell angloholandesa, prefirió seleccionar a un conjunto de empresas independientes. Tal decisión provocó gran irritación entre esos poderosos monopolios y su abierta enemistad. Rómulo Betancourt, que siempre mantuvo una estrecha y preferente relación con la Creole Petroleum, no tuvo mayor dificultad para trabar una alianza con esa transnacional con el propósito de desplazar a Pérez Jiménez Y, como lo demostrarían los hechos ṕosteriores brindar sobradamente sus favores al gran consorcio norteamericano encabezado por David Rockefeller, sucesor de Nelson Rockefeller. Así, en paralelo con la acción decidida que desplegaba dentro del país la Junta Patriótica, desde los Estados Unidos se trazaban planes con objetivos que iban más allá del simple derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez». (Elizalde.2012:9-10).

 ESTA HISTORIA CONTINUARÁ…


Aspectos biográficos de Alí Rodríguez Araque. Tomados del libro: «Alí Rodríguez Araque. Antes de que se me olvide». 2012. Conversación con Rosa Mirian Elizalde. Prólogo de Hugo Chávez. Editorial Política. La Habana. Cuba. Compilación: Jesús Mujica Rojas. Ceramonauta

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